miércoles, 12 de agosto de 2009

El tocino asesino

Bárbaro era un joven que trabajaba como veterinario en un zoológico. Un día se despertó un poco tarde. Se había desvelado espiando a la vecina. Por lo general siempre desayunaba muy fuerte pero ese día como ya era tarde pues sólo comió unos huevos con tocino.

















Ya se tenía que ir así que sólo se terminó sus huevos, el tocino decidió llevárselo para comérselo un poco más tarde así que lo guardó en la bolsa de su pantalón y se fue a la chamba.


















Bárbaro comenzó su día laboral en la jaula de un león llamado "Verónico". Era de los animales más visitados del zoológico porque éste león había sido rescatado de la casa de unos narcos. Total que ese día Bárbaro tenía que hacerle unos análisis a su caca para ver si no había parásitos.

















Bárbaro se agachó y comenzó a recolectar un poco a de caca en un tubito de ensayo. Cuando éste se agachó pues se salió un poco el tocino que traía en la bolsa del pantalón.


















Verónico estaba dormido pero poco a poco el rico olor a tocino fue llegando a sus narices y lo despertó.














Como el dueño del zoológico era muy tranza pues se robaba mucha lana destinada para la seguridad del zoológico así que las jaulas ni tenían candados ni nada. Verónico era un león muy listo y sabía muy bien como abrir la jaula.



















Verónico se salió de la jaula y brincó directamente sobre Bárbaro. Éste seguía recolectando caca.



















Verónico comenzó a morder a Bárbaro, estaba buscando el trozo de tocino. Bárbaro trataba de safarse de las garras y colmillos del gran Verónico.

















Verónico encontró el tocino pero aparte aprovecho para desgarrar a Bárbaro y comerse algunas partes del cuerpo de éste.
Fin

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