miércoles, 11 de marzo de 2009

Melodía asesina

Tomasa era una preadolescente realmente fea amante de la música y del baile. Ella se sentía cantante pero la verdad cantaba horrible. También se creía una gran bailarina pero era más tronca que un roble. Su sueño era llegar a ser una gran estrella de la música. Ella nunca salía sin su aparato reproductor de música, aunque fuera a la tiendita de la esquina no lo dejaba, siempre iba escuchando música.

















Un día se dirigía rumbo a casa de su tío Mónica para llevarle un recado, su tío vivía como a 4 cuadras de su casa así que se preparó, prendió su aparatejo de música y se colocó los audífonos y listo, comenzó a caminar rumbo a casa de su tío.




















De pronto al ir caminando que empieza a sonar su canción favorita. Tenía como 4000 canciones pero exactamente había una que era la que más le gustaba, justo en ese momento salió. Era de esas canciones que aunque estes agüitado si la escuchas te sube el ánimo, que te cambia por completo. Tomasa se sorprendió de que era su canción favorita.



















Pero para disfrutar una buena rola y más si es tu preferida pues hay que subirle a todo lo que da por lo que Tomasa le subió el volumen a lo máximo, no le importaba si se quedaba sorda pero había que disfrutar esa rola como se debía.



















Ya con el volumen a todo lo que daba Tomasa estaba contenta, cerró sus ojos y se puso a bailar mientras iba a casa de su tío. La gente que la veía decía: "Que le pasa a esta chica loca". Otros se reían de ella, otros decían: "Que niña tan horrible y aparte baila re feo".



















También empezó a cantar, como que se olvidó de todo en ese momento y se perdió en su mundo musical, se imaginó que estaba en un escenario enfrente de millones de fans y que ella era una gran estrella.



















Pero al estar perdidad en su sueño guajiro no escuchaba ni se daba cuenta de nada. No se fijó que estaba a media calle cantando y bailando como loca. A lo lejos se escuchaba el motor de una camionetona, era como de 8 cilindros y venía a toda velocidad. Tomasa no escuchó nada.

















El conductor de la camioneta tocó el claxón varias veces para que se quitara esa jovenzuela loca pero no hacía caso pero pensó que ya estan más cerca de ella que se iba a dar cuanta la chica y se iba a hacer a un lado pero esto no pasó. La camioneta le pasó por encima a la chicuela, la arrolló por completo. Tomasa cayó al suelo, ya estaba toda golpeada, sus órganos internos estaban en las últimas, su aparato reproductor de música todavía funcionaba y se segúia escuchando esa canción que tanto le gustaba. Tomasa murió unos instantes después pero lo hizo escuchando su canción favorita.

Fin

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