miércoles, 25 de marzo de 2009

La caducidad asesina

Silvio era un joven empleado de una fábrica de computadoras, él estaba en el área de sistemas. Era una persona muy obesa. Siempre llevaba dos loncheras al trabajo porque le daba mucha hambre. Silvio era un poco tímido y retraído, era amante de los comics, de las caricaturas y de los videojuegos. Silvio vivía solo porque como en su casa su hermana salió embarazada pues tuvo que dejarle su cuarto, casi casi lo corrieron pero aparte como ganaba buen dinero en su trabajo pues se fue a un departamento.



















Un día después de terminar el trabajo se fue a su depa a descansar. Iba a comenzar a jugar videojuegos cuando un ruido extraño vino de su enorme estómago. Eran sus tripas que estaban retumbando, Silvio sabía que era hora de comer algo.



















Rápidamente fue al refrigerador a ver que encontraba para saciar su hambre. Al abrir el refri se dio cuenta de que casi no había nada, Silvio había olvidado ir al supermercado el fin de semana. Buscó a ver si encontraba algo, aunque sea un pastelito o una tostada pero cuál fue su suerte que encontro una lata de atún. Al sacarla del refri a Silvio se le hizo agua la boca, empezó a saborearse ese rico sabor a atún.




















Abrió la lata rápidamente porque tenía muchsísima hambre y usando sus dedos gordos que parecían salchichas alemana empezó a sacar el atún de la lata.



















Silvio se metió casi todo el atún en la boca y empezó a saborearlo. Estaba comiendo como cerdo, no respiraba, comía así todo desesperado, el juguito y un poco de atún se le salía por la boca.



















De pronto Silvio se quedó paralizado, sus tripas hicieron un ruído extraño, luego sintió un graaaaan retorcijón y luego comenzó un dolor de panza.



















El dolor se fue haciendo más intenso, imáginense el dolorón que sentía silvio con semejante panzota. Silvio no resistía ese dolor y se tiró al suelo soltando la latita de atún. Se revolcaba en como cuando a un gusano o baboso le echas sal o también parecía un cerdo cuando lo van a matar porque también silvio gritaba y hacía ruídos como loco.



















Silvió no resistó mucho tiempo el dolorón y después de unos minutos de estar sufriendo y batallando sus ojos de pronto quedaron viendo a un punto fijo y exhaló por última vez. Silvió murió a causa del atún pero no porque se le hubiera torado o algo así sino porque la lata tenía una caducidad de Marzo 25 del 2003, por lo que la lata ya tenía 6 años en su refrigerador y estaba toda echada a perder.


Fin

3 comentarios:

  1. No que no te maten sino tendria que hacer una historia sobre tu caso jaja saludos

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  2. jajajaaj chiistosaa la hiistoria, lo unico q espero esq haya sido inventada... u.u pobree silviooo

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