miércoles, 1 de abril de 2009

El escondite de la muerte

Gerarda era una niña horrible de esas con las que las otras niñas no quieren jugar y que tiene que irse a jugar con los niños porque la ven como un niño más. Eran vacaciones por lo que casi todo el día se la pasaba con sus amiguitos jugando en el parque de la colonia. Una tarde estaba Gerarda con sus amigos Karino y Brendo y les propuso jugar a las escondidas.

















Los dos amigos aceptaron e hicieron un piedra papel o tijera para ver quién iba a contar primero. Karino perdió así que comenzó a contar. Gerarda y Brendo salieron corriendo en busca de un buen escondite en donde Karino no pudiera encontrarlos.
















Brendo se fue para un lado y Gerarda para otro. Ella no sabía dónde esconderse. De pronto vio el escondite perfecto. Sabía que en ese lugar nunca de los nuncas la iban a encontrar y ganaría el juego. El escondite era un carro rojo un poco traqueteado. Era de un drogadicto que vivía en la colonia.

















Gerarda sabía que la cajuela del carro se podía abrir porque había espiado varias veces al dorgadicto y lo había visto que abría la cajuela sin llaves ni nada. Gerarda se introdujo en el carro. Se alcanzaba a ver y escuchar una risita traviesa en su cara porque sabía que iba a ganar el juego que ahí nunca la iban a encontrar.




















Karino fue en busca de Gerarda y Brendo. Karino encontró rápido a Brendo porque éste era medio babas y se escondió detrás de un arbusto.

















Tras haber encontrado a Brendo los dos fueron en busca de Gerarda. La buscaron detrás de los árboles, en los botes de basura, en una zanja, debajo de las bancas del parque, en todos los escondites posibles.


















Buscaron y buscaron por un buen rato. Karino y Brendo se cansaron de tanto buscar y luego se dieron cuenta que ya estaba oscureciendo, eran ya las 8 de la noche y era hora de ir a ver su caricatura favorita. Ambos pensaron que Gerarda quizá se había ido a su casa así que dieron el juego por terminado y cada quien se fue a su casa.

















En la madrugada como a eso de las 5:00 de la mañana al dueño del carro le dieron ganas de drogarse un poco y salió a su carro por un poco de mercancía. Él guardaba su droga en la cajuela, debajo de la llanta de refacción. Miró cuidadosamente a todos lados para que nadie fuera a cacharle su escondite y que luego le fueran a volar su droga. No había nadie así que abrió la cajuela de su carro.


















Al abrirla se dio cuenta de que había un bulto dentro. Se acercó un poco y se dio cuenta de que era el cuerpo de una niña muy fea. Era Gerarda. Ella se había asfixiado ahí dentro. Ya estaba toda tieza. Se podía ver en sus manos que murió tratando de escaparse así como que estuvo golpeando y rasgando la cajuela tratando de escapar... pero no lo logró. Se preguntarán porqué si Gerarda pudo abrir la cajuela sin llaves por qué no pudo salir. Pues esto porque la cajuela tenía truco, podía abrirse por fuera pero no por dentro. Esto nunca lo supo Gerarda y por eso murió. Ah! y por cierto, Karino y Brendo nunca la encontraron.


Fin

2 comentarios: