miércoles, 28 de enero de 2009

El tobillo asesino

Gracielo era un hombre de 49 años que trabajaba como mozo en Chapala en la casa de unos gringos. Todas las mañana le daba su manita de gato a la alberca, la limpiaba y le ponía los químicos necesarios para que estuviera limpia y reluciente.


















Un día terminando de limpiar la alberca decidió caminar por la orilla de ésta para revisar minuciosamente de que no hubiera ni una basurita ni un insecto en la alberca, ya ven que luego llegan insectos y los mensos se ahogan o se quedan ahí en el agua.


















De pronto al ir caminando su tobillo se dobló todititito. Nada más de verlo me dolió.



















Gracielo perdió el equilibrio.


















Pero finalmente cayó a la alberca. Se escuchó el chapuzón. Bueno nadie lo escuchó porque los gringos no estaban en la casa, andaban en Estados Unidos y al lado de la casa no había nada más que un terreno valdío.


















Pero regresando a la historia, Gracielo aunque increíble que parezca no sabía nadar, desde chiquito le quisieron enseñar pero por algo nunca aprendió. Era de los niños que nadamás metían los pies a la alberca o se metía con flotadores. Gracielo se empezó a mover así como loco debajo del agua tratando de salir pero no sabía cómo. Se acordó que en una película los que caían al agua movían mucho los pies así que Gracielo los movió pero...


















tras varios intentos por salvar su vida Gracielo no pudo. De pronto su mirada se puso fija y las últimas burbujitas salieron de su boca y de su nariz.


















Gracielo se ahogó, su cuerpo se fue a la superficie y quedó flotando.

Fin.

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